miércoles, 6 de agosto de 2008

Imágenes para la posteridad

Y creo que con esta entrada (la cuarta de esta tarde, me arden las yemas de los dedos), creo que acabo.

Os ponemos un par de fotos que sacamos con una cámara acuática de usar y tirar mientras retozábamos alegremente en las cristalinas aguas de Menorca. No os descojonéis demasiado de la primera foto pero es que a Susana le dio un ataque de oceanitis y se creía la prima de Jacques Cousteau, así que se puso con todo el equipo (también llevaba aletas aunque no las veáis) a perseguir a los pobres pececillos (algunos de los cuales, que se ve que la confundían con comida, le mordieron el culo, y no es coña) y como no agarró ninguno se le quedó esa cara de besuguillo. Eso, o hiperventiló, que también es posible. Y la segunda es una de esas absurdas autofotos que todos nos sacamos pensando que salimos estupendos y, afortunadamente, en esta salimos medio decentes, pero la ponemos fundamentalmente para que veáis los distintos efectos del sol sobre la piel humana, es decir, si a mí me da el sol, me pongo moreno; si le da a Susana, da lo mismo, que vuelve igual de blanca.

Por cierto, las imágenes se ven un poco mal porque están fotografiadas de una foto en papel. ¡Ay, qué recuerdos esos de ir a foto Bizkor y decir aquello de "quiero revelar este carrete en 1 hora"! Vamos, que se me ponen los pelos como escarpias.

Adeu!

Imanol y la besuguilla

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